lunes, 4 de julio de 2011

La poderosa canción de cuna.

No sé vosotras, pero el tiempo que paso en la cama justo antes de
 dormirme siempreha sido de reflexión. Solía funcionar de esta
 manera: me acostaba pensando en todaslas cosas espantosas que 
había hecho, empezando desde el parvulario, y me flagelaba por todas y
 cada una de ellas. De hecho, algunas veces me sentía tan mal conmigo 
misma que no podía conciliar el sueño durante horas, porque una cosa
 me llevaba aotra y, en el momento en que me sentía lo suficientemente
 exhausta como paraquedarme dormida, había llegado la hora de 
levantarme. No hace falta decir que ésosno eran mis mejores días. Creo
 que he encontrado una manera mejor de lidiar con este tiempo de
 reflexión.Pienso en todas las cosas que he hecho bien en mi vida, como 
todas esas veces en quehe puesto atención a mi cabrona interior, y las
 veces en que me he salido de la espiraldel encanto tóxico. Me quedo
 dormida con una sonrisa en el rostro. Y cuando medespierto por la 
mañana, me siento poderosa.Pensé que sería bueno compartir esto 
con vosotras.

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