martes, 19 de julio de 2011

Estamos infravaloradas.

-¿Conoces la sinceridad?
+Si, me suena.
-¿La utilizamos?
+¿Cómo?
-Yo te digo lo que pienso de ti y tú me dices lo que piensas de mi.
+Vale, empiezo yo: creo que eres una chica preciosa, que tú sonrisa ilumina cualquier lugar, que tus ojos son muy bonitos y tú pelo es increible. Creo que eres el tipo de chica que todo hombre necesita. Puedo reirme contigo, pero también llorar, siento esa confianza de la que muchas relaciones carecen y sé que quiero pasar el resto de mi vida contigo. Te toca.
-Vale. Creo que eres estúpido y no vocalizas bien. Tus ojos no son nada del otro mundo y tu pelo huele un poco...mal. Tu sonrisa sería bonita si tuvieras algún diente recto... Eres "majo" por lo cual eres feo, careces de inteligencia y eres malo en todos los sentidos. Eres un hipócrita, tal cómo todos los demás. Intento quererte, pero no me resulta nada fácil, cuando intentas hacerte el gracioso me entran ganas de meterte una piña por la nariz y que sepas que tus calzoncillos de Calvin Klein no te hacen parecer más guay, y menos, si llevas la camisa por dentro...
+¿No se supone que vosotras decis cosas cursis y nosotros sonreimos y decimos "sí"?
-Mira, por una vez, una de tus tonterías me a hecho gracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario