sábado, 26 de marzo de 2011

Es realmente difícil, pero voy a sacar todas las fuerzas para conseguir que tú sonrias.
Ahora, yo, podría decirte que yo tenía razón y que tú estabas equivocado; que yo ya te lo dije, y que eres estúpido, pero, no lo he hecho, y por el momento no lo haré. Al contrario, yo estaré a tu lado, ayudandote, como una tonta. Te diré que le quieras, que le abrazes y le mires a los ojos. Te pediré que no me hables, que no mires y que ni se te ocurra tocarme. No rogaré tus disculpas y le rezaré a Dios por ti, le diré que una persona muy especial que él mismo ha creado, ahora está triste y que eso sólo puede cambiar gracias a otra persona, otra persona que no soy yo.
No te pido que me hables, que me quieras, ni que me des las gracias, simplemente quiero pedirte que te vayas, que me dejes olvidarte y que pase lo que pase, no vuelvas nunca.

En una cosa tenías razón, las cosas cambian aunque no queramos.

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