miércoles, 3 de agosto de 2011

Querido diario: 
Son las 23:51 y estoy hablando con la persona que me hace feliz, no joder, no es un tio. Estaba pensando en que cuando era pequeña siempre tenia diarios que nunca acababa, y he encontrado uno y me he dado cuenta de algo importante, algo que puede cambiar mi vida para siempre: era muy estúpida e inocente. Siempre pensando en encontrar al principe azul y pidiendole a "no-se-quién" que hiciera mis sueños realidad. Narraba mis historias ocurridas a lo largo del día, cosas tontas, ya sabes, cosas "de niñas". Y con todo esto, sólo quería preguntarte una cosa: ¿porqué nunca acababa mis diarios? ¿Por vagueza? ¿Por algún trastorno de la niñez? ¿O quizá, porque realmente era estúpida? En cualquier caso, no creas que esta entrada significa que a partir de hoy te escribiré cada día, sólo quería recordar como era eso de escribir un diario. Si quieres saber algo sobre mi, alguna novedad, habla con mi amigo imaginario. Sólo te diré, que sigo igual que hace años, sin príncipe azul, ni sueños, ni mierdas.
Buenas noches, diario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario