No es tú sonrisa, no es tu mirada, ni tus palabras. No es ese abrazo, ni esa caricia, ni esa canción. Simplemente es la noche, la oscuridad, esa carretera larga a la que no veo el fin, es ese estado de animo que me envuelve y me hace caminar, seguir adelante, si me ves llorar no es malo, es bueno, me supero poco a poco pero sin que te des cuenta.
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