Me reinventé varias veces, borré mis huellas bajo la lluvia y fracasé unas cuantas ocasiones. Por no ponernos melodramáticos, también fui feliz alguna vez.
Pasé por los brazos equivocados. Conocí el daño que hacen algunas situaciones y algunas personas, y durante algún tiempo fui la persona más triste del mundo.
Tracé algunos mapas para encontrarme y acabé más perdida de lo que estaba. Me dejé ayudar cuando más lo necesitaba. Poco a poco aprendí que en la vida todo sucede por algo. Alguien decidió robarme la sonrisa, pero me harté y acabé sonriendo más que nadie.
Aún tengo pendiente casi todo por hacer, y el plan más importante: ser feliz. Con la certeza de que aún queda lo mejor...
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