A veces, esperamos cosas que tal vez, nunca llegarán.
Esperamos, esperamos, nos desesperamos, y seguimos esperando, aunque no tengamos paciencia, esperamos sin apenas darnos cuenta. Creemos que algún día llegará ese romance tan increible que hemos leido en algún libro, o visto en alguna película. Ese chico guapo, alto, amable, el chico que tiene todo lo que nosotras queremos. Nos envía mensajes todas las noches y nos despierta con un: ¡Buenos días, princesa!, sabe hacernos reir, dónde tenemos cosquillas, y como hacer que perdonemos todos sus errores.
Sinceramente, yo me incluyo en una de esas chicas que aún sigue esperandole. Una de esas, que cuando sale a la calle y ve un chico guapo que le sonríe, no puede evitar hacerlo ella también, e imaginarse algún momento concreto junto a él.
No sé si eso está bien, o tal vez mal. A veces lo que queremos está tan cerca que no nos damos cuenta...
A veces basta un instante para olvidar una vida,
pero a veces basta una vida para olvidar un instante.
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