Tu vida está grabando: sonríe. Mira de frente a la cámara, tú eres el personaje principal. Los personajes secundarios irán y vendrán. Desaparecerán y aparecerán. Algunos cambiaran radicalmente la película; otros simplemente harán variar algunos pequeños matices. Intenta que de tu casting salgan los mejores, los que harán la película más bonita tan solo por el hecho de aparecer.
Intenta que la película de tu vida no tenga momentos tristes. O que tenga los menos posibles. Enfoca desde los puntos correctos, donde se pueda apreciar toda la belleza. Busca bien todos los ángulos, que no se te olvide ni un detalle.
Cuando hayas tenido en cuenta todas estas directrices y estés acabando de grabarla, sonríe otra vez. Esto es lo que quedará de ti. Será tu forma de hacer historia.
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