miércoles, 18 de mayo de 2011
recuerdos que vienen y van, pero nunca se pierden
Los recuerdos vienen solos, cuando quieren. Entran en tu cabeza sin ningún permiso. Vienen, van; vienen, van; vienen... Provocan dolores de cabeza, crean sonrisas; hacen saltar lágrimas, producen carcajadas. Y vienen cuándo menos te lo esperas, o cuando menos lo necesitas. Ves ese detalle que compartiste con aquella persona, escuchas "vuestra canción", recuerdas aquel olor y miles de efectos aparecen en tus tripas, tu cabeza, en todo tu ser. Y es inevitable, no puedes hacer nada para que eso no pase, porque los recuerdos no se olvidan, no se apagan, no se desconectan, permanecen ahí, guardados, y no hay ningún boton de "eliminar". A veces es bueno recordar aquellos tiempos, cuando no eras más que un niño y corrias y jugabas y no tenias complejos... Pero creces y más recuerdos invaden tu mente, y algunos son recuerdos malos, que al fin y al cabo, te hacen fuerte.
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