lunes, 11 de abril de 2011

love, love, love

El amor no es siempre alegría y felicidad. El amor as lujuría, deseo, pasión, incluso odio. El amor es ficticio y real, es bueno y malo, bonito y horrible. El amor no entiende de edades, de físico, de inteligencia. En el amor vale todo, las sonrisas, las lágrimas, los abrazos y los besos, las peleas; los paseos por la playa, las noches de locura.
Cuando somos pequeños, el amor es lo que sentimos por nuestros peluches, nuestras muñecas. Nuestras muñecas adquieren el papel de hijas y nosotros el de padres. Eso era amor.
Con el tiempo, amor se conviertió en aquello que sentiamos por nuestros padres, cuando esperábamos a que acabara el colegio para verlos y darles un abrazo, porque les queríamos, y, aunque aún lo hagamos, todos sabemos que aquello era diferente.
Ahora, yo pienso que el amor lo dedicamos a aquellas personas especiales que entran en nuestra vida y que luego cuesta tanto dejar que salgan. Ese chico o esa chica al/a la que vimos pasar y nos robó el corazón. Esa mirada intercambiada por unos segundos que te hace sentir "mariposas en el estómago". O cuando besas a alguien y sientes que quieres pasar con esa persona el resto de tu vida.
Cuando dices el "sí quiero"...
Pero no te dejes engañar por el amor, porque algunas veces es dañino.
El amor es sufrido y considerado, nunca es celoso. El amor nunca es jactancioso o engreído, nunca es grosero o egoísta, nunca se ofende ni es resentido. El amor no haya placer en los pecados de los demás y se deleita en la verdad. Siempre está dispuesto a excusar, confiar, esperar y soportar todo lo que venga.


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