jueves, 29 de noviembre de 2012

A veces, el corazón ve lo que para los ojos es invisible. Va más allá de una cara bonita y un cuerpo diez. Puede ver el interior, lo que se esconde, lo que temes sacar a la luz. 
A veces, duele. Notas la presión en el pecho y, es entonces, cuando te entran ganas de huir, de romper a llorar, de gritar... Porque realmente duele, y mucho... 
A veces, el corazón se enfada, porque los ojos quieren dominarlo, le dicen lo que está bien y lo que está mal, pero el corazón sabe que no es cierto, que él tiene razón; porque, definitivamente, si tienes que escuchar a alguien, escucha a tu corazón, es el más sabio de los sabios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario