viernes, 17 de agosto de 2012

Una de cal y otra de arena.

Comenzaré con un mensaje claro y contundente, sin rodeos: tengo ganas de enamorarme.
Así es. Después de tantos años conociendo chicos agradables, y otros no tanto, me he dado cuenta de que necesito a esa persona con la que compartir día y noche, noche y día. Aquel que me de los "buenos días" y sus mejores noches. Necesito sentir que tras él va mi vida, que no puedo imaginar una vida sin él. 
Quiero entregarle mis virtudes y defectos a aquel que lo merezca, que me demuestre que me quiere y que quieres estar a mi lado, pase lo que pase. Darle todas mis caricias, todos y cada uno de mis besos; darle la mano al caminar.
Quiero tener esos "días sexualmente activos", en los que él y yo seremos uno, hasta alcanzar el éxtasis. Porque él sabrá hacerme feliz, en todos los sentidos.
No quiero un príncipe azul, ni un lobo feroz. Quiero un chico simple, pero que para mí sea especial. 
Besos, con mordiscos en medio, eso; caricias en la cama antes de dormir, eso; ver mi vida pasar acurrucada entre sus brazos, ¡eso!
Siempre tuve un pensamiento diferente hacia el amor, sé que no es eterno, que con el tiempo se desgasta y se te acaba pasando el arroz... pero ya va siendo hora de recibir un poquito de amor.

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