martes, 6 de diciembre de 2011

Llevaba diez meses esperandole. Ella lo preparó todo para estar a su lado cuando él llegara, pensó cada detalle, hizo dietas y se mató a ejercicio tratando de estar guapa para él. Se compró un vestido precioso y unos tacones para que él viera que tenia interés en que la viera bonita. Soñaba noche tras noche, y día tras día con aquel momento... Entonces, él llamó y le dijo que no era posible ir a verla por el momento, es decir, que ese sueño seguiría siendo un simple sueño, que el ejercicio, el vestido, las cremas y, sobretodo, la ilusión, acababan de romper contra el suelo. Nada era suficiente para calmar el dolo que sentía, nadie lo entendía pero ella estaba rota. 

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