lunes, 10 de octubre de 2011

-Ayúdame.
+¿A qué?
-A quererte.
+¿Y cómo puedo ayudarte yo a eso?
-Puedes regalarme flores o bombones, lo que quieras. Puedes mirarme fijamente a los ojos y mostrarme tu sinceridad. Puedes sonreirme y no decir nada, puedes coger mis manos y luego darme un fuerte abrazo. ¡Bésame! Pero con ganas, como si no hubiera un mañana. Puedes darme el tiempo que no te haga falta e invertirlo en caricias en mi espalda. Puedes llevarme a lo alto de una colina y gritar: ¡te quiero! Puedes prepararme el desayuno y traermelo a la cama, despiértame con besos. Puedes, simplemente, prometerme que no habrá un final. Tú solo dime que me quieres y podré quererte aún más.

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