martes, 13 de marzo de 2012

Ha pasado ya media vida y no encuentro salida, la puerta se cierra y tu voz me intimida. No soy inmortal, no lo puedo evitar, si dejé de reir para echarme a llorar. Siempre tuve motivos, latidos, heridas, recuerdos partidos y un beso al olvido, el sentido se fue con el viento impartido en el llanto he sufrido por un ser querido. Todo se largó, se marchó, se acabó, terminó la maldita esperanza y yo aquí sin ti, sin mi, sintiendo el frío sobre la tardanza. El pasado volvió y se llevó mi futuro, después se escondió y no estuve seguro. La felicidad y la realidad en un mismo barco que jamás partirá. Tan solo soy las piedras del camino, esas que tuercen mis tobillos, las mismas que discrimino y no existe ningún regalo más grande que el mañana, no pienso rendirme ahora toca salir de la cama. Yo te demostraré que el fuego no siempre quema, si yo aprendí a sonreir es porque ya sentí las penas, jamás dejes tu alma en manos de un desgraciado, tal vez se pierda en el tiempo y quede presa en el pasado.

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