La inspiración viene y va. Sube y baja. Entra y sale. Un día me siento sin ella, me deja de lado, me ignora, y otro no me deja ni respirar, me presiona, me asfixia. Es curiosa, porque la puedes encontrar en cualquier lugar, en cualquier cosa o persona. Quizá, con tan solo ver una piedra, me siento inspirada, pero puede que me pongan un paisaje precioso delante, o un chico increible y no me salgan las palabras.
La inspiración la tengo yo, sí, pero tú también, ¡y tú! Porque la inspiración es gratis.
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