Aprecia lo que tienes, pero no le pongas precio.
Cuándo menos te lo esperas va la vida y te sorprende. Cuándo ya piensas que no tienes una media naranja, que aunque seas una princesa no hay un príncipe azul para ti, ves a una persona que hace que algo en tu estómago se remueva. En ese momento te das cuenta de que el destino sí existe y esta vez esta de tu parte.
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